Es ese tipo de partidos que se recuerdan porque es una de esas pocas veces en la que el partido está prácticamente sentenciado y se producen la alineación de los astros para que increíblemente se den una serie de jugadas (a cual más rocambolesca), para cambiar el resultado final.
Ayer seamos claros, el partido lo pierde el Joventut:
Dos tiros libres consecutivos fallados por Dotson, pérdida de balón por no pasar de campo, y el remate final de ir a buscar el aro con tres arriba que sólo se le ocurre al que asó la manteca.

Que nosotros pusimos la calidad de Trae, la sangre fría de Sule, la intimidación defensiva de Spissu

Por supuesto muy contento con la victoria, pero como decís queda mucho trabajo por hacer.
Y por supuesto fundamental que jugadores esenciales se centren y dejen de ser un auténtico lastre. Lo de Yusta ayer rozó el esperpento (en los dos lados de la cancha).