El idilio de Mariona Ortiz con el Casademont Zaragoza toca techo
Publicado: Lun Dic 30, 2024 5:21 am
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La base igualó el sábado los 130 partidos de Vega Gimeno y se a a convertir en la jugadora que más veces ha vestido su camiseta tras una unión más que fructífera para las dos partes.
Pocos podían imaginar cuando el Casademont Zaragoza fichó a Mariona Ortiz que el club aragonés iba a despegar y se iba a convertir en un equipo consolidado entre los cuatro mejores de España y temido en media Europa. Tampoco hubiera dado crédito la catalana si le dicen que su desempeño en la capital aragonesa le iba a llevar a jugar, ya en la etapa final de su carrera, unos Juegos Olímpicos y a ser considerada una de las mejores bases del continente.
Pues así ha sido. La palabra fructífera se queda corta, muy corta, para describir cómo ha sido la unión de Ortiz con el Casademont. Porque más que una unión ha sido una conexión que va a convertir a Mariona en la jugadora que más partidos ha jugado con la camiseta del club aragonés. Por el momento, la base ya ha igualado los 130 encuentros que Vega Gimeno defendió los colores del Casademont y muy pronto (si no pasa nada raro, el 4 de enero ante el Joventut) la catalana se quedará sola en ese prestigioso trono en el que se ha ganado a pulso sentarse.
Y eso que Mariona Ortiz llegó al Casademont, como en ella es habitual, sin hacer ruido. Aterrizaba en Zaragoza una veterana base de 30 años que estaba protagonizando una sólida carrera tras pasar por clubs como Perfumerías Avenida y Estudiantes en España y haber tenido aventuras europeas en Polonia y Bélgica. Sin duda llegaba una buena jugadora, pero ni los más optimistas podían soñar con que llegaría a dar el rendimiento que está dando.
Tanto es así que, de la mano de Mariona y al compás que marca la catalana, el Casademont ha dado numerosos pasos de gigante que le han llevado a pelear de tú a tú con los mejores equipos, a jugar finales, a ganar títulos (la Copa de la Reina) y a protagonizar memorables noches mágicas en la Euroliga que nunca se olvidarán. En definitiva, el club es ya parte de la élite y buena porción del mérito de ello es de Mariona Ortiz, que además de ser la que más partidos ha jugado con esa camiseta se está postulando, y se está quedando sin rivales, por ser la mejor jugadora de la historia del Casademont.
Porque si alguien tiene alguna duda, solo le hace falta acudir a los fríos números para terminar de convencerse. La catalana es la que más asistencias ha repartido con el Casademont, la segunda más valorada o la segunda con más rebotes. Pero también, y aun siendo base, es la cuarta que más puntos ha anotado o la segunda que más tapones ha colocado.
Por si fuera poco, las cifras, espectaculares, y todos los intangibles que aporta sobre la cancha quedan en segundo plano si se analiza todo lo que suma fuera de ella. Mariona es una de las grandes responsables del espectacular momento de forma que vive el baloncesto femenino en Aragón y es un referente, además de la jugadora más querida, para la afición. Las camisetas con su número 4 a la espalda abundan en un Príncipe Felipe que la adora. Un sentimiento que es más que recíproco. «El Casademont me ha dado tanto y estoy tan agradecida que no me siento capaz de jugar en contra. Será mi último equipo en España», aseguró en una entrevista a este diario hace pocos meses. Quién lo iba a decir cuando Mariona llegó a Zaragoza.
La base igualó el sábado los 130 partidos de Vega Gimeno y se a a convertir en la jugadora que más veces ha vestido su camiseta tras una unión más que fructífera para las dos partes.
Pocos podían imaginar cuando el Casademont Zaragoza fichó a Mariona Ortiz que el club aragonés iba a despegar y se iba a convertir en un equipo consolidado entre los cuatro mejores de España y temido en media Europa. Tampoco hubiera dado crédito la catalana si le dicen que su desempeño en la capital aragonesa le iba a llevar a jugar, ya en la etapa final de su carrera, unos Juegos Olímpicos y a ser considerada una de las mejores bases del continente.
Pues así ha sido. La palabra fructífera se queda corta, muy corta, para describir cómo ha sido la unión de Ortiz con el Casademont. Porque más que una unión ha sido una conexión que va a convertir a Mariona en la jugadora que más partidos ha jugado con la camiseta del club aragonés. Por el momento, la base ya ha igualado los 130 encuentros que Vega Gimeno defendió los colores del Casademont y muy pronto (si no pasa nada raro, el 4 de enero ante el Joventut) la catalana se quedará sola en ese prestigioso trono en el que se ha ganado a pulso sentarse.
Y eso que Mariona Ortiz llegó al Casademont, como en ella es habitual, sin hacer ruido. Aterrizaba en Zaragoza una veterana base de 30 años que estaba protagonizando una sólida carrera tras pasar por clubs como Perfumerías Avenida y Estudiantes en España y haber tenido aventuras europeas en Polonia y Bélgica. Sin duda llegaba una buena jugadora, pero ni los más optimistas podían soñar con que llegaría a dar el rendimiento que está dando.
Tanto es así que, de la mano de Mariona y al compás que marca la catalana, el Casademont ha dado numerosos pasos de gigante que le han llevado a pelear de tú a tú con los mejores equipos, a jugar finales, a ganar títulos (la Copa de la Reina) y a protagonizar memorables noches mágicas en la Euroliga que nunca se olvidarán. En definitiva, el club es ya parte de la élite y buena porción del mérito de ello es de Mariona Ortiz, que además de ser la que más partidos ha jugado con esa camiseta se está postulando, y se está quedando sin rivales, por ser la mejor jugadora de la historia del Casademont.
Porque si alguien tiene alguna duda, solo le hace falta acudir a los fríos números para terminar de convencerse. La catalana es la que más asistencias ha repartido con el Casademont, la segunda más valorada o la segunda con más rebotes. Pero también, y aun siendo base, es la cuarta que más puntos ha anotado o la segunda que más tapones ha colocado.
Por si fuera poco, las cifras, espectaculares, y todos los intangibles que aporta sobre la cancha quedan en segundo plano si se analiza todo lo que suma fuera de ella. Mariona es una de las grandes responsables del espectacular momento de forma que vive el baloncesto femenino en Aragón y es un referente, además de la jugadora más querida, para la afición. Las camisetas con su número 4 a la espalda abundan en un Príncipe Felipe que la adora. Un sentimiento que es más que recíproco. «El Casademont me ha dado tanto y estoy tan agradecida que no me siento capaz de jugar en contra. Será mi último equipo en España», aseguró en una entrevista a este diario hace pocos meses. Quién lo iba a decir cuando Mariona llegó a Zaragoza.
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